viernes, 9 de diciembre de 2016

Esa zona entre el todo y la nada donde debe moverse un sumiso

Para empezar, quiero hacer una distinción entre las dos clases de sumiso que han aparecido a lo largo de mi recorrido por el FemDom: una sería el esposo abnegado y enamorado de su mujer hasta las máximas consecuencias, en las que cabe la adoración y la entrega total de su voluntad; el otro sería el sumiso externo a la pareja oficial (aunque también lo considero una forma de pareja peculiar). Yo siempre digo que a uno se le debe felicitar el 14 de febrero y al otro el 24 de julio.
Como el tema que quiero tratar se refiere a una relación D/s pura, me centraré en el segundo tipo, así que olvidemos para este caso al marido obediente y complaciente. Esto solo pretende ser mi particular forma de ver el tema y no una verdad absoluta, pues cada persona tiene su propio modo de vivir el BDSM.
Antes de tratar de lleno el tema, aclarar que mi enfoque se refiere a una relación con miras a perdurar en el tiempo y no a un tipo de relación esporádica o intermitente. Y aclarado eso, decir cómo es para mí la relación D/s perfecta:

Photo credit: dualdflipflop via Foter.com / CC BY
 
El sumiso debe moverse entre dos fronteras: jamás debe traspasar al otro lado y desarrollar sentimientos amorosos de tipo posesivo por su Ama, pero tampoco debe frenar tanto su alma y su voluntad para que esto no ocurra y desembocar en una relación fría y teatral donde la entrega no sea total y se limite a una simple y burda escenificación.
El sumiso debe adorar a su Ama por encima de todas las mujeres y debe darse por completo a ella, exceptuando los límites previamente establecidos, los cuales el Ama debe ir ayudando a superar poco a poco a no ser que estos sean infranqueables (un sumiso puede tener miedo a una penetración anal y su Ama debe trabajarse su confianza hasta que el sumiso pierda el miedo a esa práctica, aunque si este se reconoce como heterosexual de forma indiscutible, jamás se debería doblegar ese límite introduciendo a un hombre en la sesión que lo penetrara, para eso existe esa maravillosa herramienta llamada strap on que nos da tanto poder). Por otro lado, el sumiso debe ser un amigo de su Ama en los momentos en que no se está sesionando, porque la amistad y la total entrega no tienen por qué estar reñidos; es más, por medio de la amistad, el Ama puede ganarse con más facilidad la confianza de su sumiso y conseguir así una vía de comunicación continua y una verdadera entrega, real y absoluta, incluso en los momentos en que no hay excitación.
El sumiso debe pensar en su Ama durante todo el día incluso si ella no se pone en contacto con él, porque incluso sin su presencia (real o en la distancia), su voluntad, su pensamiento y toda su sexualidad sigue siendo de ella. El sumiso debe sentirse atado a su Ama por un fuerte vínculo y, a la vez, sentirse libre de escapar de él en el momento que quiera; es decir, él le entrega su cuerpo y su mente porque él lo desea, no porque su Ama lo manipule psicológicamente, lo chantajee o merme su personalidad y su autoestima. Todo lo contrario: un Ama debe cuidar de la estima de su sumiso, hacerla crecer, fortalecerla y hacerlo sentir libremente atado a ella. Esa es la verdadera posesión, lo demás cae dentro del maltrato y no es ni sano, ni seguro y mucho menos consensuado.
El Ama debe procurar que, en los momentos en que el sumiso ha llegado al punto álgido de la relación y ha debido poner todo su empeño (ya sea de forma consciente o inconsciente) por no traspasar la frontera infranqueable del sentimiento amoroso posesivo, no se aleje demasiado, pues todos sabemos que la voluntad humana tiende a huir del peligro y al sumiso le costará subir de nuevo hasta el lugar en que la adoración y el amor se rozan y juguetean, que es el punto ideal. El sumiso puede llegar a enamorarse de su Ama; no obstante, debe saber distinguir entre el amor incondicional que se da sin esperar nada a cambio y el amor que anhela poseer a la otra persona. No hay ni qué decir que si el sumiso llegara a desarrollar este tipo de sentimiento peligroso y tóxico (no solo en el BDSM sino en cualquier relación hombre/mujer), con mucha probabilidad, la relación se iría a pique. Una auténtica mujer Dominante debe tenerse en alta estima y sería contradictorio que ella se dejara llevar por esa clase de sentimiento nocivo.
¿Es fácil conseguir ese punto? Realmente no. Esta es una de las mayores dificultades que tiene el FemDom. Son muchos siglos de clichés sociales, de roles en que la mujer siempre se consideraba inferior al hombre y estos son difíciles de eliminar incluso de la mente femenina. Es muy difícil, es un trabajo diario para mantener al sumiso en estado de veneración hacia su Ama sin que la relación se enfríe y sin dejar que se crea el dueño de la situación. Y es eso lo que realmente agota y frustra en los momentos en que no se consigue. El arduo trabajo de una Dom consiste en que el raciocinio del sum no se cierre tanto como para que su alma se enfríe más de la cuenta y la relación se malogre, porque si hay una cosa clara es que, si el sumiso no es capaz de adorar a su Ama en la forma en que Ella lo necesita, el Ama acaba perdiendo el interés por ese sumiso y buscando entre los cientos de candidatos que se tiran a los pies de una. ¿Será por candidatos? Eso sí, encontrar a la persona ideal, al sumiso auténtico, al que se toma en serio la entrega total a una mujer en la que confía ciegamente... Eso no es tan fácil de encontrar. De hecho, llevo meses y meses indagando y ya, a estas alturas, pienso que es como buscar una aguja en un pajar.
Pero que conste que yo nunca me rindo.

2 comentarios:

  1. Joder, te leo y mientras lo hago me voy dando cuenta de lo acertada que estuvieron las personas que vieron mi potendial de dominante. Va a ser que se lleva en el ADN. Porque pienso como tú en casi todo.
    Mira yo suelo decir que tengo un imán en el culo para los problemas. Y creo que en eso es lo que me ha pasado con mi Marcelo. Yo no he dejado ir mi lado Dom. hasta que él no apareció. Y no por falta de candidatos (algunos mejores) pero supongo que es esa atracción de los polos que hizo que en mitad del pajar el imán de mi culo lo atrajera... Para mi dar con él fue muy fácil, el camino a su lado será como tenga que ser. Y la verdad que no es nada fácil aveces, y otras, va como un guante de látex de bien adaptada la relación.
    Me gusta leerte, me siento identificada y no tan rara. :)

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  2. La verdad es que yo también coincido mucho con tu forma de ver el FemDom. Sí, por supuesto que se lleva en el ADN, aunque a veces vive dormido, o mejor dicho, sin etiquetar, porque yo soy Ama como tal desde hace un par de años, pero llevo dominando toda mi vida. Es más, estuve casada con un tipo manipulador que, en los últimos tiempos, me tenía asfixiada hasta acabar provocando mi huida y un divorcio, sin embargo y a pesar de todo, en la cama siempre mandaba yo. Ahí nadie me ha dominado jamás. ;)

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